Otro testimonio que complicó la situación de Martina Bentura, Ana María Sánchez y Cesar Beguiristain.
El testimonio de una mujer policía que intervino en la investigación del crimen de Ramoncito González complicó aún más la situación de al menos tres imputados: Martina Bentura, Ana María Sánchez y César Beguiristain. En la continuidad del juicio que se lleva a cabo en la Cámara en lo Criminal de Mercedes, la efectivo dio precisiones acerca de los asesinatos de bebés efectuados por parte de algunos de los acusados antes de que se conociera la muerte del niño mercedeño. Los sacrificios se realizaban como parte de “trabajos” que eran muy bien pagos por gente de poder.
La oficial principal Claudia Blanco fue convocada para formar parte del equipo de la pesquisa, 45 días después de haberse cometido el homicidio, por su capacitación en todo lo vinculado a la magia negra, umbandismo y ritos.
Su misión fue mantener entrevistas con las personas que participaron del culto donde violaron, torturaron y decapitaron al menor. Fue así que conoció Ramonita Gauna, quien le contó que el 15 de septiembre de 2006 se empezó a planificar la muerte de Ramoncito, debido a que reunía las características que el grupo buscaba. La víctima tenía que ser un niño inocente que no haya tomado la comunión y en lo posible que haya sido abusado, pero la niña contó otros hechos.
“Ramonita me preguntó por qué nos preocupábamos de investigar la muerte de Ramoncito, si ya hubo otros casos. Allí me dijo que una vez, una mujer fue a parir a la casa de Ana María Sánchez y junto con Martina Bentura sacaron el bebé y le cortaron el cordón umbilical. Luego le sacaron el cerebro y el cuerpo lo tiraron cerca de la casa de una defensora de Menores que trabajaba en el juzgado”, precisó la po-licía.
“La menor también me habló acerca de un aborto que se efectuó en la casa de Sánchez. Del feto hicieron chorizo y tuvieron que comerlo todos los presentes”, señaló Blanco ante el asombro del Tribunal.
La oficial dio su impresión respecto al crimen de Ramoncito, “se trató de un ritual satánico afrobrasilero que mezcla prácticas de magia negra, pero no se puede determinar bien lo que hicieron. El hecho de depositar el cuerpo sobre hojas de tártagos, como fue hallado el niño, está ligado a una ceremonia afrobrasilera que era lo que practicaba Beguiristain. Era un aprendiz”.
Testimonios
En la jornada de ayer se incorporó por lectura las declaraciones realizadas por testigos en la etapa investigativa que por diferentes motivos no pudieron presentarse en la Cámara.
Los más sobresalientes fueron los testimonios de Viviana Patricia Richtman, ex mujer de César Beguiristain, y su hijo Jorge Rodríguez.
La señora confesó que el imputado se drogaba y que en una oportunidad le contó que había tenido una visión en la que vio a Ramoncito con la cabeza cortada, escalpelado y dio detalles de las torturas a las que fue sometido el menor.
Por su parte, Rodríguez recordó que el sábado 7 de octubre de 2006, alrededor de las 20 se realizó una ceremonia en la casa de Beguiristain, donde el mismo invocaba y hacía bajar a espíritus “negros”, hablando en otro idioma. Luego de esto el acusado salió de la vivienda en busca de un cuchillo filoso para matar una gallina. Horas después regresó con la ropa ensangrentada y como se sintió cansado se acostó a dormir. De acuerdo a la pesquisa, se presume que Ramoncito fue asesinado ese sábado por la noche.