Sectas En Corrientes
El Crimen Ritual de Ramoncito, enfoques de un aberrante asesinato

02/11/2010 | En la revista católica Vida Nueva, se publicó una entrevista sobre las sectas realizada al sacerdote Manuel Sánchez, miembro de la Red Iberoamericana de Estudios de las Sectas, manifestó: “las sectas normalmente aparecen en los medios como consecuencia de algún tipo de escándalo, desastre o muertes masivas, por lo que corremos el riesgo de relacionar el mundo de las sectas con tragedias o acontecimientos aislados que se salen fuera de lo normal, o bien mantener el estereotipo de que las sectas son un grupo raro, que van con vestimentas raras y hacen cosas raras”.  

Segùn Sanchez: “la realidad es totalmente diferente, las sectas no son nada extravagantes, los grupos manipulativos de cara a la sociedad aparecen muy normalizados, ellos lo saben y saben que en general se desconoce la existencia y, sobre todo, las técnicas de captación de estos grupos”. “Los métodos de captación abarcan desde excursiones a salidas a la naturaleza, pasando por sesiones de técnicas de relajación o concentración, conciertos y conferencias, etc.

Asimismo, aludió a la “versatilidad de los movimientos sectarios que demanda esfuerzo de las familias para detectar a tiempo cualquier comportamiento en un familiar o amigo que pueda ser captado por alguna secta, la mayoría de las ocasiones, cuando alguien entra en un grupo sectario, la familia lo percibe demasiado tarde”. En este sentido, apunta que ningún segmento de población está excluido del riesgo de la manipulación sectaria.

Para Manuel Sánchez, una secta se caracteriza por tener “una estructura férrea, una sumisión incondicional al líder y una instrumentalización de los adeptos siempre al servicio de la secta. Persiguen el poder económico, el poder ante los demás, a través de la manipulación, de doctrinas que plantean como incuestionables, y la anulación de la crítica interna”. En cuanto a los síntomas que pueden alertar que alguien está siendo captado, Sánchez señala “el cambio de amistades, el abandono de las actividades de ocio o la aparición de conversaciones sobre determinadas ideas, a veces con tintes patológicos”, como indicadores.

Con esta introducción pretendemos que se entienda la forma de cómo se manejó la secta que en un ritual satánico asesinó a Ramoncito a principio del mes de octubre del 2006, casi único en el mundo de crímenes rituales satánicos. A los pocos días de conocerse este crimen el Fiscal General del Superior Tribunal de Justicia de Corrientes, Dr. César Sotelo, al apreciar lo horripilante del hecho y al entrever la complejidad de la investigación a desarrollarse, con muy buen tino designó a los fiscales Alejandro Chaín y Gustavo Smith para que asistan a los investigadores locales en la búsqueda de los homicidas que, mataron al niño en un descampado, en la ciudad correntina de Mercedes.

Poco después se comisionó desde la ciudad de Corrientes a un grupo de investigadoresespecializados para interpretar la problemática de estos rituales paganos, como son el Director del Gabinete Antropológico de Corrientes, Lic. José Miceli y poco después a la Oficial Principal Claudia Blanco y otros policías, sumándose después el Comisario Eduardo Acevedo, quienes junto a otros funcionarios locales recopilaron indicios y entrevistaron a potenciales testigos que a la postre sirvieron para que en la justicia se consolide un cuadro de situación de lo que sucedió y diera base a la acusación y que en definitiva hoy pueda llevarse a cabo el tan esperado debate.

Los fiscales impulsaron la elevación a juicio del expediente, que por ahora se está realizando en la ciudad de Mercedes, y se sigue buscando al jefe, una especie de pai mayor, que pagó el asesinato cometido en el marco de una ceremonia de culto al Señor de la Muerte, pero la investigación no se realiza actualmente con la intensidad de los primeros momentos, pese a contar con diversas manifestaciones de una parte de la sociedad mercedeña que reclama justicia y de importantes personalidades que declararon en ese sentido, tal el caso de la dirigente de la ONG Infancia Robadas, la hermana Martha Pelloni.

Está probado por los especialistas del Instituto Antropológico de La Plata que a Ramón González, de 12 años, un chico de la calle llevado a la prostitución infantil, le sacaron cuatro vértebras, la lengua, los ojos, los oídos, todas las partes blandas del cuerpo y la sangre como una ofrenda en esa ceremonia, pero además dos de los participantes de los hechos admitieron también que en alguna ocasión anterior se usaron fetos e incluso un bebé recién nacido.

Hay una investigación judicial también en Mercedes, en el que se comprueba el hallazgo de un recién nacido pero la investigación no avanzó para saber los pormenores del hecho ni quienes han sido los responsables. En el año 2005 ya se había sacrificado a un bebe recién nacido y se habría utilizado el cerebro para una ofrenda, el cuerpo fue “despachado” frente a la casa de la asesora de menores en esa época quien hoy es defensora de una imputada. Se presume que este caso al ser coincidentes en sus características y a raíz de testimonios logrados en la investigación del caso Ramoncito, los autores serían los mismos, y que podría ser aclarado también este crimen atroz. (Ver Imágenes)

El cadáver del niño Ramoncito fue hallado el 7 de octubre. Hubo un testimonio que se desestimó en la primera investigación. Un chico con deficiencias mentales dijo que, mientras estaba escondido, vio cómo degollaron a "Ramoncito" y luego juntaron su sangre en un balde. Otra omisión de la primera autopsia es no haber registrado el faltante de vértebras, de la cuarta a la séptima. Un informe forense establece que la escena había sido armada ya que el crimen no había ocurrido allí. Al parecer, la ropa del chico no tenía sangre. Además, en el lugar donde hallaron el cuerpo, si se lo enfoca desde otra perspectiva, formaba una cruz entre las vías y la ruta. Vale destacar también que en la autopsia se había demostrado además que el niño había sido violado y sufrido otros tormentos como el empalamiento y quemaduras de cigarrillos etc.

El trabajo desarrollado por los médicos platenses dejó en claro que los faltantes de labios, cuero cabelludo y oreja, entre otras partes del cuerpo, no fue producto de alimañas -como se había informado en un primer momento- sino fue provocado por un grupo especializado. La cabeza del pequeño fue hallada sin piel ni ojos, a unos metros del cuerpo, clavada sobre una pica y en medio de despojos de lo que se presume pudo ser un ritual satánico celebrado por cultores de alguna secta pagana de carácter afrobrasileña-Quimbandista.

En próxima nota vamos a reflejar como se movilizaban los componentes de esta secta y como fueron preparando el crimen de Ramón Ignacio González, alias Ramoncito o Monà.

Lic. Ramón Transito Ramírez.