Ganó Boca, Palermo hizo un gol y el hincha del equipo de La Ribera está feliz. Aunque este no es el tema. La idea del comentario, en este caso, es sobre como habría que actuar cada vez que uno abre la boca para hablar del goleador de Boca porque cada tanto hay que morderse la lengua. Siempre sucede esto, o mejor dicho cada tanto, con el 'extraño' Martín y su halo de elegido.

Sabemos que Martín Palermo entró en una elite poco común porque sus logros lo avalan. El problema que se presenta es que muchas veces el goleador atraviesa períodos de ostracismo y, su forma de jugar (de la entrega no hablamos en este caso) hace que las evaluaciones sobre su rendimiento tengan propensión a la crítica. Es normal por su estilo.

Hasta la fecha pasada (se jugaron 5 partidos y sólo anotó con San Lorenzo de milagro) llevaba una sequía importante y encima su juego no era bueno. Por ese mismo motivo, se empezaron a escuchar fuertes críticas y hasta mucha gente pensó que debía dar un paso al costado para dejar su lugar en el equipo.

La verdad, el rendimiento de Palermo hasta la fecha pasada fue regular y quien pensó de esa manera, hasta pudo llegar a tener razón. ¿Qué decimos ahora?.

Lejos de asentir que lo de Martín ayer en Bahía Blanca fue brillante como algunos sostuvieron, no podemos negar que fue determinante. Hizo un gol, le bajó la pelota de espaldas a Viatri para que clavara su golazo y después le puso la pelota en la cabeza a Insaurralde para que decretara el tercer gol de Boca en el partido.

¿Y ahora?. ¿Cómo nos manejamos cada vez que tengamos que hablar del goleador eterno con el que por ahora cuenta Boca?.

Siempre pasa lo mismo. Cada vez que Palermo la mete, la casa está en orden. El tema pasa por saber que decir cada vez que Palermo pasa por esas rachas de sequía. Hay que reconocer que Palermo es de esos jugadores que siempre estarán en la cancha pase lo que pase y eso es una ventaja.

Otro 9 en Boca no resistiría en el primer equipo si pasa por una racha semejante, si tomamos el ejemplo de este Torneo (y fueron varias) tal como atravesó Palermo.

Esta es la ventaja que tienen este tipo de jugadores respecto de otros. Por eso el consejo para no andar diciendo y desdiciendo a cada paso. Hay que mantener la cautela cuando se habla del goleador. Hasta que Martín Palermo no cuelgue los botines, no formule conclusiones contundentes.

Palermo, con sus virtudes y concesiones, es capaz en cualquier momento de taparle la boca a cualquiera. ¿Vos que decís Martín?.