No fue simple, sobre todo por el primer tiempo. Pero fue posible, sobre todo, por la intensidad que mostró en el complemento. Había un impulso para este San Lorenzo que volvía a su escenario para hacer crecer el entusiasmo que nació con la llegada de Ramón Díaz, esa de volver a pelear por el título, tras la consagración de 2007.

All Boys, sorpresa de la temporada pasada en la B Nacional, también arribaba a esta cita con el empujón de esa mágica victoria frente a Boca (2-0, en el Ducó). Ese juego que, luego de dos derrotas, había encontrado el éxito y la posibilidad de un horizonte de Primera.

Luego de un arranque opaco, San Lorenzo cambió el chip tras el entretiempo y construyó un triunfo basado en la entrega y en la contundencia. En tanto, su rival dio batalla y dejó una imagen digna, pero pagó muy caro las dos expulsiones sufridas. El primer tiempo terminó de milagro sin goles.

La apuesta principal de San Lorenzo consistió en enviar centros al área para aprovechar la altura de Sebastián Balsas. Los carrileros Diego Rivero y Aureliano Torres intentaron dominar las bandas para cumplir con ese pedido, pero los envíos cruzados jamás encontraron la cabeza del grandote uruguayo.