Comitiva Nacional: Tarde Pero Seguro
Acto en Yapeyú: criticas del obispo y silbatinas del pueblo para Aníbal Fernández

Acto en Yapeyú: criticas del obispo y silbatinas del pueblo para Aníbal Fernández
18/08/2010 | Parte del Gabinete Nacional llegó tarde y tuvo que escuchar reclamos. El Obispo de Santo Tomé abrió fuego contra los planes sociales. Más tarde el ministro Macció encontró límites para su halago al Gobierno nacional. Finalmente, Aníbal Fernández llamó “mi amigo” a Colombi y empezó con su discurso que derrapó ante el abucheo de los locales.

La comitiva oficial llegó tarde y en Yapeyú esperaban una visita nacional hace unos 8 años por lo menos. Debían arribar pasadas las 13 y lo hicieron casi a las 15.
Todo parecía que iba a desarrollarse dentro de los carriles normales, con la solemnidad que el prócer homenajeado merece.

Sin embargo, la incomodidad del ministro comenzó a hacerse notoria cuando el obispo de la Diócesis de Santo Tomé, monseñor Hugo Santiago, en medio de la invocación religiosa, apuntó directamente contra una de las políticas de Estado del Gobierno nacional: los planes sociales.
“Erradiquemos los planes sociales que son productores de pereza e inoperancia y degradan al hombre”, dijo, palabras más, palabras menos, el pastor de la Iglesia Católica. Más adelante pidió que “nos libremos de los intereses personales” y propuso que sea el diálogo ciudadano el camino a seguir.


Después fue el turno del intendente Gustavo Adán Gaya, quien luego de dar la bienvenida a “la tierra sin mal”, aseguró que “San Martín es de todos. Está por encima de los desencuentros”, reflexionó, y la gran mayoría recordó lo sucedido el 25 de febrero del año pasado cuando por primera vez los Granaderos a Caballo no participaron de los actos por orden de la presidenta Cristina Fernández.
Desde el público se notaba que la temperatura iba en ascenso. Cuando le tocó el turno a Orlando Macció, el ministro de Educación, una parte de los presentes no toleró que el funcionario provincial le rinda tanta pleitesía al Gobierno nacional por la entrega de netbooks que realizó en la mañana. “Acá tienen que hablar de San Martín”, sentenciaron desde la platea que miraba el acto desde atrás de unas vallas.


Finalmente, Aníbal Fernández, tomó la palabra y empezó a leer un discurso escrito. Lo llamó “querido amigo” al gobernador Colombi e inició su alocución.
“Es un honor representar a la Presidenta”, dijo, y sonaron los primeros silbidos. Al principio fueron pocos los que se animaron a desairar al ministro, pero cuando Fernández continuó su discurso y manifestó en otro párrafo “San Martín para todos los argentinos, menos para el que silba, es un héroe nacional”, la silbatina se multiplicó y ya nada fue igual.


Por unos minutos, el Jefe de Gabinete dejó el papel donde tenía escrito el discurso e improvisó unas palabras. Recordó que fue el general Juan Domingo Perón quien encabezó los actos en honor a San Martín el 17 de agosto de 1950, cuando se conmemoró el centenario de la muerte del Padre de la Patria.


A pesar del sentimiento que le ponía a cada párrafo de su mensaje, una parte del público no lograba concentrarse en ello. Los abucheos subieron de volumen. Un grupo de jinetes pertenecientes a agrupaciones tradicionalistas y gauchescas, eran quienes montados en sus tordillos maltrataron al controvertido funcionario.


Sin volver a prestarle atención a quienes lo estaban silbando, Fernández terminó su alocución. Cuando culminó el acto, algunos vecinos y manifestaron: “Nosotros no nos olvidamos. Fueron ellos los que nos faltaron el respeto, a nosotros y a San Martín, cuando se llevaron a los granaderos. Si venía la Presidenta iba a ser peor porque no la íbamos a dejar hablar”, sentenciaron.
En menos de un mes, el Gobierno nacional se llevó de Corrientes dos postales bien diferentes. Como dijo Aníbal en la última línea de su discurso: “Como Corrientes tiene payé le ha de llegar el mensaje (a San Martín) de respeto que acá le damos”. A Fernández, ¿qué mensaje le llegará de este payé correntino?