Segunda Encuesta Nacional De Transparencia Y Valores Sociales
Ciudadanos escépticos al combate de la corrupción y proclives a la justicia por mano propia

Ciudadanos escépticos al combate de la corrupción y proclives a la justicia por mano propia
09/08/2010 | Así lo revela la "Segunda Encuesta Nacional de Transparencia y Valores Sociales", realizada por la Organización de Estudios Sociales y Políticos (OESYP). La muestra establece que el 46% de los consultados cree que la corrupción ha crecido en el último año y el 52% que esta igual. Y más del 31% estima que la corrupción tiene su base en que las leyes no se cumplen por una cuestión de pura naturaleza social, es decir cree que “los argentinos somos todos corruptos”. El 34% estima que "no esta bien pero es conveniente" hacer justicia por mano propia.  

En el marco del Programa “La Deuda Institucional Argentina”, la Organización de Estudios Sociales y Políticos realizó la segunda encuesta nacional de transparencia y valores sociales.

El estudio consistió en medir no solo la confianza en la transparencia de las instituciones, sino también la confianza entre los ciudadanos, con sus familias y vecinos, y la percepción que tenemos de nosotros mismos, como sujetos de valores, para buscar mas luego, los mecanismos de integración y subsanación que sean necesarios, y que formaran otra etapa del presente programa.

Los resultados fueron preocupantes y a la vez contradictorios, tal como es la escencia de los argentinos: el estudio, realizado de acuerdo a protocolos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), arrojó un fuerte crecimiento de la desconfianza en las instituciones respecto del mismo estudio realizado en junio 2009, un fuerte escepticismo en lo atinente al combate a la corrupción, y una tendencia alarmante a hacer justicia por mano propia.

Según el estudio, la sociedad vuelve a mostrar niveles de distancia con su dirigencia cercanos a los existentes en 2001, y hay una fuerte reticencia al cumplimiento de las obligaciones tributarias, así como una alta desconfianza respecto de la conveniencia de cumplir con la ley.

El resultado del estudio cobra vigor e importancia por el momento es que es revelado: valores como la seguridad, el respeto por el prójimo, y la desconfianza a las instituciones está jaqueado. Todo esto, mientras se cocina a fuego lento un descontento social importante de cara a las elecciones presidenciales de 2011. También resulta interesante observar el espíritu contradictorio de los argentinos, y la ambigüedad respecto de algunos temas.


Resulta interesante, además, cómo se para la sociedad frente a una instancia en la que habrá que renovar autoridades.


La metodología utilizada fue un cuestionario que arrojó resultados tales como:

1. Alrededor del 39% de los argentinos creen que la corrupción tiene su base en que las leyes no se cumplen, pero más del 31% estima que se trata de una cuestión de pura naturaleza social, es decir cree que “los argentinos somos todos corruptos”. Esto implica un fuerte crecimiento de la última opción, respecto de la encuesta anterior.

 

2.Nadie afirma con certeza que la corrupción pueda terminarse, o que sea algo irremediable (lo cual se contradice con la cuestión “de naturaleza” anteriormente citada), aunque curiosamente la opción “nada posible”, creció 10 puntos desde junio 2009. La mitad estima que es posible terminar con ella, y la otra mitad poco posible. No hubo respuesta de muy posible o nada posible.

 

3.Casi la mitad cree que los gobiernos provinciales y municipales (locales) son más corruptos que el Gobierno central.

 

4.Cuando se consulta sobre si la corrupción creció en el último año, y si cree que crecerá el próximo año, alrededor del 52% estima que estuvo y estará igual; y el porcentaje restante estima que creció y seguirá creciendo. Es importante recalcar que en comparación con la medición efectuada hace un año, se observa un crecimiento de 10 puntos porcentuales en la sesión de que la corrupción ha crecido. Se observan solo respuestas aisladísimas sobre una posible disminución.

 

5.En la descripción de situación y su valoración (estudio sobre valores sociales) surgen contradicciones notorias. Por ejemplo, el 71% cree que “es algo que nunca debe hacerse” el evadir impuestos, sin embargo el 72% estima que “esta mal pero es conveniente” no pedir factura para no pagar el IVA (en ambos casos debe destacarse que eran más los que creían que no debían evadir impuestos hace una año que en esta muestra, y menos los que creían en la conveniencia de evadir el IVA, por lo que podría entenderse que crece, un estado de desobediencia civil latente), y el 57% esta dispuesto porque lo cree conveniente, a evadir a la aduana a la vuelta de un viaje (esta opción también se incrementó). En lo que si hay coincidencia es en la negativa sobre aquellos factores, sobre los que, aparentemente, se ha comprendido que esta en juego la vida (verbigracia: conducir a exceso de velocidad aún no habiendo cerca policías, o pasar semáforos en rojo). Sorprende sin embargo la proclividad a mentir cuando se cree que no se daña a nadie, y a pagar sobornos para no ser multado (39% lo cree conveniente aunque lo considera malo). Curiosamente hay una coincidencia entre los encuestados que pertenecen a clase media en lo negativo que es colgarse de la luz. En el conteo general, representan el 61%.

6.La mayoría aporta valoraciones morales por las cuales siente que debe cumplir con la ley. Solo 16% entiende que debe cumplirla por su carácter obligatorio (cuatro por ciento menos que en la anterior medición).

7.Casi el 50% de los consultados estima que la mejor forma de combatir la corrupción es castigando a los corruptos, con lo que surge un creciente clamor de necesidad de castigo para este tipo de actos, especialmente tomando en cuenta la encuesta de junio 2009, donde ese pedido no llegaba al 40 por ciento.

8.El 73% acepta haber cometido un acto de corrupción alguna vez, lo cual combinado con el punto 7. Indicaría que muchos creen que deberían ser castigados. El 98% esta totalmente o algo de acuerdo en que “todos los políticos son corruptos”, y el 74% cree que para hacer política hay que tener dinero. Existe una fuerte dicotomía sobre la importancia de la alternancia en el gobierno como base para el combate contra la corrupción. Si bien el 63% esta totalmente o algo de acuerdo en ello, el 34% esta “totalmente en desacuerdo”.

 

9.Respecto a la obediencia de la ley, el 51% parece entender que debe obedecer las normas sin excepciones, sin embargo existe mas de un 48% de los encuestados con proclividad a hacer justicia por mano propia, si el delito no se detiene (un crecimiento exponencial de esta variante respecto a junio de 2009.

10. Casi el 70% de los consultados estiman que los funcionarios deben rendir cuentas públicamente después de terminada su gestión; alrededor del 90% no cree que haya voluntad alguna de combatir a la corrupción, ni por parte del gobierno nacional ni del de la Ciudad de Buenos Aires.

11. El 90% desconfía de los medios masivos de comunicación.

12. La mitad de los encuestados desconoce los caminos para denunciar actos de corrupción, y el 60% no denunció el último caso del que fue víctima. Los restantes consultados manifestaron que nunca fueron vÍctimas directas de la corrupción, y a diferencia de la medición anterior existe un 6% de los encuestados que dicen haber iniciado acciones contra actos de corrupción que los perjudicaron (en la primera encuesta NO SE REGISTRO UN SOLO CASO ENTRE MIL QUE HABIENDO SIDO VICTIMAS LO HUBIEREN DENUNCIADO POR ALGUNA VIA.

13. Puntuando de 1 a 10 la escala de corrupción en las instituciones, los consultados le dieron el promedio mas alto a “Los Sindicatos” y “Las Grandes empresas”, seguidos por “El Gobierno” y “La Justicia” (en un ranking promedio de 1 a 10 de entre 9,90 y 9,70 en estos casos). Los consultados se dieron a sí mismos como ciudadanos, un benevolente 7,20.

14. Generalizando entre los grupos sociales de poder, quienes recibieron el puntaje promedio mas alto están “Los Lideres Sindicales” con 9,90, seguidos por “los periodistas” con 9,60 (una innovación, en la encuesta anterior no estaban entre los cuatro primeros) y luego por “los políticos” con 9,10. Quienes recibieron el mayor voto de confianza fueron los maestros, cuyo grado de corrupción promedio, de acuerdo a los encuestados fue de 7,20, de todos modos mayor al atribuído en la anterior medición.

15. Los consultados volvieron a ser muy generosos consigo mismos, cuando se otorgaron un promedio de 6,80 respecto de su propio nivel de corrupción. Aparece un tendencia fuerte a sindicar a “los argentinos” como con tendencia a la corrupción, pero a no colocarse a uno mismo dentro del grupo “los argentinos”, salvo que se trate de hechos considerados menores, como dar una “coima” para evitar una multa, o necesarios como “mentir sin causar daño”.

16. Respecto a la confianza en los semejantes, sigue existiendo una alta valoración del grupo social nuclear y de los lazos sanguíneos, aunque notoriamente menor a los resultados observados un año atrás. El 86% tiene mucha confianza en la familia. La reducción de la confianza es directamente proporcional a la ampliación del grupo social. Existe una ínfima confianza en sus vecinos, poca o nada entre los comerciantes a los que le suele comprar; y la totalidad tiene poca o nada de confianza a las personas que encuentra en la calle. La destrucción de la relación entre la sociedad y el sistema institucional se distingue en que también el 100% de los encuestados, tiene poco o nada de confianza en las personas que trabajan en las oficinas del gobierno.

17. Respecto del sistema democrático no hay posiciones extremas. El 33% está algo o muy satisfecho con el funcionamiento de la democracia, mientras que más del 67% está poco o nada satisfecho. Sin embargo el 89% esta muy de acuerdo o algo de acuerdo en que “la democracia puede tener problemas, pero ayuda a combatir la corrupción” (cae casi un 5%).