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La 5ta. resurrección de Felipe Solá

La 5ta. resurrección de Felipe Solá
07/08/2010 | No son muchos los políticos que tantas veces estuvieron dados por muertos y logran regresar a escena. Felipe Solá es uno de los afortunados. ¿Quién iba a imaginar hace algunos meses que estaría disputándole a Eduardo Duhalde todos y cada uno de los espacios en el Peronismo Federal?
 

La 1ra. resurrección de Felipe Solá ocurrió cuando él apostó por Antonio Cafiero (era su ministro de Asuntos Agrarios en la provincia de Buenos Aires), pero fue Carlos Menem quien se quedó con el Partido Justicialista y la Presidencia de la Nación.

Él y su hoy ex mujer, Teresa González Fernández, se las arreglaron para 'filtrarse' hasta Menem y conseguir, en julio de 1989, la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.

La 2da. resurrección de Solá fue en 1991, cuando el ingeniero agrónomo egresado de la UBA dejó la Secretaría, ingresó a la lista 'sábana' del PJ bonaerense y asumió como diputado nacional.

Pero Solá tuvo muchos problemas con algunos de sus propios compañeros bonaerenses, protagonizó una gresca con un hermano de Alberto Samid, se deprimió y... ¿qué hacer entonces?

Él logró que Carlos Menem y Domingo Cavallo volvieran a nombrarlo, en 1993, secretario de Agricultura, Ganadería y Alimentación (pequeño cambio en el nombre de la repartición).

La 3ra. resurrección comenzó cuando, fracasado su intento de convertirse por mérito propio en candidato a gobernador bonaerense, sin embargo Eduardo Duhalde lo rescató para incluirlo en el binomio que lideró Carlos Ruckauf.

'Rucucu' gobernó pésimo la provincia, secundado por Esteban Caselli, quien tenía pésima relación con Solá, y ambos terminaron marchándose a la Cancillería durante el incendio de 2001/2002, dejándole la provincia a Solá.

Felipe quedó al frente pero logró más o menos ordenar la Administración a punto de estallar, y alcanzó el protagonismo que buscaba desde siempre.

Le falló el 'olfato' cuando Eduardo Duhalde intentó hacerlo candidato a Presidente en 2003, y prefirió dar un paso al costado (que aprovechó Néstor Kirchner).

'El Pingüino' usó y luego abusó de Felipe, y terminó hasta negándole la embajada que éste anhelaba al salir de la Gobernación, en 2007.

En la Cámara de Diputados de la Nación, Solá era 'uno del montón' hasta que llegó el debate por la Resolución 125, el conflicto agropecuario 2008 y la oportunidad de la 4ta. resurección.

Solá se enfrentó a sus colegas del Frente para la Victoria, votó en contra de la R-125 y relanzó su carrera política. Para los comicios de 2009 renunció a su banca, aceptando que era del Frente para la Victoria, y ganó su propia banca en alianza con Francisco de Narváez y Mauricio Macri.

Pero ahora sí que parecía que había llegado demasiado lejos, que el futuro o era de Francisco o de Mauricio, pero sin Felipe, de quienes se distanció casi cuando se abrían las urnas.

Pero Mauricio luce muy deteriorado por sus dificultades judiciales y Francisco ya no tiene o ha diferido su proyecto presidencial, Carlos Reutemann insiste en que no será protagonista de 2011 y el Peronismo Federal necesita un candidato.

Eduardo Duhalde reclamó era presidenciabilidad por consenso y Solá comenzó a reclamar elecciones primarias abiertas.

Duhalde había acordado con el entrerriano Jorge Busti un gran acto de lanzamiento, disfrazado de cónclave del Peronismo Federal, para el 3 y 4 de septiembre en Paraná.

Pero Narváez, Macri y Reutemann, por diferentes motivos, ya han deslizado que no asistirán. Al parecer no habrá el gran acto de consenso para Duhalde.

¿Será la 5ta. resurrección de Felipe Solá? Estaba fuera de combate y ahora hasta puede que tenga sus primarias abiertas...

De pronto, quien parecía otra vez un 'segundón' recibe críticas, que es una forma de demostrar que está en el escenario. En la política nunca hay que pasar desapercibido.

> El diputado nacional UCR-Buenos Aires, Ricardo Alfonsín, cuestionó a Felipe por lo del 'Senado shopping': "Yo lo estimo a Felipe pero creo que no fue una frase afortunada. Me parece que lo que quiso decir es que el Gobierno condiciona el voto de algunos. Me parece que lo que quiso decir es que el Gobierno condiciona el voto de algunos".

> El diputado nacional del Frente para la Victoria-Buenos Aires, José María Díaz Bancalari, acusó "Felipe Solá quiere convertir a las instituciones del Poder Legislativo en un chiquero del que nadie salga bien parado por exclusiva responsabilidad de su ingratitud política. No queremos la reedición del viejos esquemas neogolpistas del que se sirven algunos que reniegan de su propia condición, en una clara actidud contradictoria y adversa a los intereses nacionales. Nuevamente escuchamos de su boca acusaciones sin pruebas ni fundamentos válidos sobre el Senado de la Nación. De tanto sembrar sospechas quiere esconder su impotencia y debilidad".

Felipe Solá está en las noticias. A veces mejor parado, a veces no tan bien, a veces también pierde. Intenta construir un discurso 'a mitad de camino': por eso asistió al encuentro con Héctor Magnetto, 'bestia negra' del kirchnerismo, pero luego aclaró que él no es un cadete de Magnetto. Ya se verá... pero por ahora suma.

Felipe se enfrentó con el senador nacional Ciudad de Buenos Aires-Frente para la Victoria, Daniel Filmus, en el programa A 2 Voces, por TN.

"Hay un grupo reducido pero muy importante de senadores que pasa de la oposición al oficialismo sin explicaciones o explicaciones tardías", dijo Solá.

Filmus se mostró "indignado" ante la aseveración del diputado. "Trabajo todos los días y muchas horas en un lugar que no es un shopping, como dice Solá, sino un Congreso. No estoy dispuesto a que el diputado defina que es corrupción votar en contra de lo que él piensa que tengo que votar".

Solá dijo que el senador era un "caradura" porque "se siente obligado a defender al Gobierno" ante los casos de legisladores que "están votando a favor" de los intereses del oficialismo "por extorsión".

"Nosotros queremos que las denuncias tengan algún sustento, si no la gente duda de las instituciones", se defendió Filmus.

Solá preguntó: "¿Romper un contrato con quien lo eligió a uno no es corrupción? ¿Hacer una campaña como la (legislativa) de 2009 desde la oposición, con la calle más calentita que ahora, y después votar al revés no es corrupción? ¿No tiene nada que ver con la ética?".

Filmus intentó poner contra la pared a Solá mostrando una fotografía de un acto en la Plaza de Mayo en 2008 a favor de la R-125 en la que aparecía Solá, quien dijo que sin embargo luego había votado en contra, renunciado a su banca y volver a ingresar por mérito propio.

En fin, así está el peronismo. Es cierto que en ese contexto también crece Néstor Kirchner, aunque no tanto como él pretende que los otros crean. Además, la economía ya dará las noticias negativas suficientes para poner a prueba la realidad de Kirchner.

Mientras tanto, Solá se atreve a insistir en buscar su protagonismo en el Peronismo Federal, que no es el único peronismo, es cierto. Nunca hubo un único peronismo, ni con Juan Perón vivo.

Roberto García brindó una versión muy interesante sobre los 1.000 peronistas, en el bisemanario Perfil:


Nada más imaginativo que la política: cambiante, tumultuosa, ingrávida. Esa natural inestabilidad encabezó las idas y vueltas, esta agitada semana, de los tantos peronismos que integran el país, con cada vez más ciudadanos sin adherir a la causa partidaria, pero con la certeza de que cada vez más ciudadanos, finalmente, votarán por ella (como ocurre en las sucesivas y últimas elecciones).

Y ese sello con escaso contenido y múltiples divisiones no confía en Néstor Kirchner (nadie lo imagina triunfando en una segunda vuelta), tampoco en la alternativa renovada de su mujer, menos en Eduardo Duhalde (sigue sin prosperar en las encuestas), otros no dan el “pinet” (Ramón Puerta) o se retiran sin pelear (Juan Carlos Romero), algunos se reducen a sus fronteras (los Rodríguez Saá priorizan que nadie les cuestione el distrito), la sangre joven en su transfusión no mueve a un renacuajo (Juan Manuel Urtubey), emergentes como Francisco de Narváez se estrellan contra el protocolo de su nacimiento y cierta dualidad intrínseca, aliados eventuales oscilan entre Devoto y Hollywood (Mauricio Macri), entre el deseo y la consumación (Roberto Lavagna), mientras hay quienes no se asumen para el posible cargo que les destinan (Carlos Reutemann) y quienes sin respaldo físico dicen postularse (Felipe Solá, Alberto Fernández).

Por no hablar de gobernadores cuya estatura se reduce apenas aterrizan en Buenos Aires (Mario Das Neves). Quizás falten otros en la lista, pero al revés de antaño –cuando sobraban aspirantes sólidos– ahora no se vislumbra el furor, el carisma, la voluntad inclusive. Y los que pueden tenerlo no lo pueden usar.

Por supuesto, el matrimonio oficial se consagra a esa misión. Arguye, “para continuar el proyecto”; esconde otro tipo de temerosas previsiones: el ostracismo del retiro en 2011 y la pesquisa judicial que los intimida, cuya última derivación resulta imprevisible.

Aun así, con la amenaza pendiente de que hoy 70% de la población no los desea para el cargo, pugna por modificar el guarismo y se concentra en la vital provincia de Buenos Aires como refugio. Sea para ganar en el orden nacional o para conservar una vivienda que no sea arrasada por el huracán.

Y allí estimula intendentes con obras y otras atenciones, los abulona en la convicción de que no podrán apartarse de su guía –gracias a la nueva ley electoral–por falta de tiempo (serían seis meses a privarse de asistencias cuando sus economías son tambaleantes), vuelve incómoda la situación de un Daniel Scioli que habrá sido siempre fiel, pero que igual les genera reservas.

Es un traje de confección, no a medida (por más que se vista en Zegna, como Macri). Además, el gobernador cuenta con más adhesiones populares que el propio Kirchner y ese dato, claro, lastima ciertos egos.

De ahí que promuevan figuras como Martín Sabbatella, un “vivo útil” para utilizar la jerga de la bipolaridad atómica, quien iría sin candidato a presidente (o sea, habilita a Néstor), pero cuya postulación le restaría votos a Scioli. Una forma de emparejar voluntades, así es el socialismo.

Además, para que Scioli no se ilusione sobre sus números, destaca otros candidatos internos (Bruera, Massa, Aníbal Fernández, Moyano y otros) y hasta invita a rivales en la porfía, como De Narváez, garantizándole un tratamiento más autónomo si llegara a ser gobierno. Juegos del poder inconclusos que ponen nervioso a más de uno desatan tensiones entre La Plata y Olivos.

A lo que sería necesario agregar, si la imaginación lo permite: el propio Néstor, si el año próximo observa que no hay espacio para continuar en el mando nacional –podría allanarse a la postulación a gobernador–, si viene el vendaval de las elecciones, disponer de un distrito como el bonaerense es más suficiente que cien legisladores propios o el sello partidario para aventar otros riesgos.

Del otro lado, Duhalde parece dispuesto (lanza el 3 su candidatura en Entre Ríos, de la mano de Jorge Busti), aunque tropieza con elementos escasos y dificultades propias; de ahí que el insomnio lo consuma sin que los medicamentos lo salven.

Pugna por ser él mismo candidato, quiere jóvenes a su alrededor, sueña con la compañía de Macri en la Capital y con De Narváez en la provincia, a Reutemann lo ubica en el partido, un ensamble apetitoso electoralmente, pero que se frustra por enconos personales entre los protagonistas y una magra fiabilidad. Hay obvias reservas sobre su influencia con los “barones” del Conurbano: nadie duda de que Duhalde habla con los intendentes, pero ninguno de ellos se saca una foto con él.

El resto, en dulce montón, observa y se oculta, estima que aún falta más de un año para el desenlace (aunque la ley electoral que pocos han leído cuestiona esos razonamientos).

Macri, obturado por ahora como cabeza probable del peronismo disidente, se ahoga en sus disturbios judiciales con doble amenaza: el tiempo que habrá de invertir en esa batalla por las “escuchas” y por la sombra de evidencias –ciertas o montadas– que lo afectan tanto a él como a alguno de sus colaboradores.

Intríngulis político para quien, en lo personal, dice que nunca estuvo más feliz. El tálamo no garantiza otras necesidades.

Para colmo, debe creer que algunos enemigos de los Kirchner, como Clarín, no lo ayudan, más bien lo fulminan; les debe atribuir la causa a los concejales de su partido que aprobaron un competidor del cable en Vicente López que trastoca algunos negocios del grupo.

A su vez, De Narváez, con cierta desorientación por la dualidad gobernador o presidente, ve que cierta carrera podría ser más sencilla que la otra y, sin embargo, no puede participar por su origen.

Desencuentro casi filosófico que hoy lo aflije, mientras se presenta en Buenos Aires con José Scioli y Emilio Monzó, ambos colaboradores de Scioli, cuya transferencia aún no es asimilada por el entorno que lo llevó a ganar los comicios del año pasado.

Ante las ausencias políticas del justicialismo, para la Rosada se busca un relleno del lado mediático, de ahí el formidable escándalo que provocó la cena organizada por el zar de Clarín, Héctor Magnetto, en su casa (con Duhalde, Solá, De Narváez, Macri y Reuteman).

Se horroriza el kirchnerismo, le atribuye a Magnetto el don del máximo poder (la mafia, claro) y a los políticos opositores la sumisión, cuando se olvidan de que antes el matrimonio oficial lo convidaba en la nocturnidad de Olivos (Cristina admitió que lo albergó una docena de veces).

Más ira cuando a los Kirchner se les desarmó una planeada operatoria sobre Telecom, jugada maestra en apariencia de los Werthein –aun sin la bendición del Estado– que les restó capital accionario, pero que los mantiene en uno de los tres negocios más prósperos del país.

De ahí que otros amigos vayan por nuevas radios (¿Cristobal López se hará cargo de Continental?) y desde el Gobierno se cuestione con más rigor en los próximos días, con la Ley de Medios y una posible intervención a Papel Prensa, el poder de Clarín.

El dilema para los peronistas igual continúa: si no ganan los Kirchner, ¿quién de nosotros gana?