Las lluvias de fines del 2009 y principios de este año pusieron de manifiesto lo que denunciaban los ecologistas: que el terraplén corta transversalmente el escurrimiento de las aguas actuando como una barrera que las indica y provoca inundaciones sin igual en el sector norte del paraje Yahaveré.
En este aspecto, denunciaron que las aguas permanecieron mucho más tiempo que el normal en el paraje, agotando la hacienda de los pobladores los pocos potreros que estaban secos. Si bien algunos pobladores lograron ganar terrenos durante una cruzada que contó con el apoyo de los activistas de la campaña “Salvemos al Iberá”, las nuevas lluvias y el terraplén volvieron a complicar la situación.
Por estos días hay casi 500 cabezas de ganado de Yahaveré en las tierras altas de la Estancia “El Tránsito”, de las cuales 200 fueron ingresadas de urgencia en los últimos días para evitar que mueran ahogadas. “Mientras las obras de demolición están paradas, el terraplén en Yahaveré sigue afectando a los pobladores locales y al ecosistema ibereño alterando el sistema de escurrimiento de las aguas”, afirmó Emilio Spataro, coordinador de la Campaña Salvemos al Iberá.
“Estamos enfurecidos, ésta empresa se burla de las leyes ambientales, se burla de los fallos judiciales y se burla de los pobladores locales dejándolos en una situación calamitosa. No vamos a permitir la muerte silenciosa del Paraje Yahaveré por el accionar de una empresario inescrupuloso y por la complicidad política de los funcionarios de turno. Ya lo hemos demostrado con acciones directas”, manifestó el activista.