La zona del Campus de la UNNE, en Av. Libertad al 5300. Uno de los puntos en los que la Ciudad creció considerablemente en los últimos años. Allí los integrantes del Programa Crecer sin Trabajo Infantil llegan para compartir la jornada con los niños y niñas del lugar.

“La actividad abordada no fue fácil en sus comienzos, ya que costó nuclear y explicar a los chicos de qué se trataba la tarea”, cuenta uno de los coordinadores. Los profesores de artes y educación física propusieron distintas actividades de contención que tenían como finalidad despertar el interés de los chicos.

Jugaron al fútbol, confeccionaron barriletes, dibujaron y pintaron, a fin de que se puedan expresar libremente y así poder observar otros parámetros reflejados por ellos inconcientemente.

De esta manera los operadores y asistentes sociales del área de Crecer sin Trabajo Infantil ganaron en confianza con los niños y sondearon su situación socioeconómica, relevando datos y así descubrir que los llevaba a salir a la calle a trabajar, donde la mayor parte contestaron que “es para ayudar en sus casas y los más grandes van para generar recursos para sus gastos personales”.

Los padres de estos niños y niñas son generalmente desocupados, changarines y en algunos casos pescadores ribereños, que buscan a través de la venta de su faena, al menos cubrir los gastos de subsistencia diaria.

El programa Crecer sin trabajo infantil busca sacar a los chicos de la calle y que realicen una vida normal fuera de los peligros que representa estar expuestos en la vía pública y muchas veces en horarios nocturnos.

“Si bien tuvimos la alegre noticia de que todos concurren a la escuela, muchos de ellos son repitentes o con alto grado de inasistencia, según el relato de los hermanos mayores”, cuenta un referente del programa luego de la charla con los adolescentes.

Los técnicos de la Subsecretaría terminan su tarea por hoy. Mañana otro barrio los espera. Será así hasta fin de año, ya que irán recorriendo cada zona de la Capital y lo mismo harán en el interior.