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Podrá Mercedes detener la inflación

Podrá Mercedes detener la inflación
30/07/2010 | Mercedes Marcó del Pont no pudo concretar la reforma financiera que anhelaba. Pero ahora quiere atenuar la tasa de inflación. ¿Podrá alcanzar su objetivo? Ella es prisionera de sus propios actos: apoyó un Banco Central no independiente del Ejecutivo Nacional, y ahora debe aceptar que la opinión de los Kirchner sea la que prevalezca.

La más reciente visita de Mercedes Marcó del Pont a Cristina de Kirchner, en presencia de Aníbal Fernández, parece que resultó traumática para la titular del Banco Central: no pudo avanzar en su borrador de reforma de la legislación bancaria que quería promover.

Cristina de Kirchner tiene sus propios compromisos con banqueros, y le importa relativamente poco qué opina Mercedes o el diputado nacional Carlos Heller, promotores de cambios no prioritarios para el matrimonio presidencial, aparentemente.

Ahora Mercedes Marcó del Pont irá por intentar un freno a la inflación que provoca el propio Gobierno Nacional con su política monetaria (se diría que el propio Banco Central). El tema es neutralizar la 'lluvia de pesos'.

Pero más que su opinión, todo dependerá de la voluntad de Néstor Kirchner. Aqui un par de recortes importantes:

Dolores Ayerra en el diario El Cronista Comercial, advierte sobre la 'lluvia de pesos':

"El Banco Central (BCRA) concretó ayer el segundo giro de utilidades obtenidas durante el ejercicio 2009 al Tesoro Nacional. El directorio aprobó el traspaso de unos $ 3.000 millones, que se suman a los $ 1.500 millones entregados en febrero pasado.

Pero en total se estima que de la cifra récord de $ 23.500 millones que ganó la autoridad monetaria el año pasado bajo la presidencia de Martín Redrado, se transferirán unos $ 20.000 millones a Economía, aunque de forma paulatina (el Central capitalizaría unos $ 3.000 millones).

La transferencia, aunque está contemplada en la Carta Orgánica de la entidad, genera polémica en algunos sectores. Bajo un contexto en el que los precios de la economía lejos se ubican de la estabilidad (estimaciones privadas arrojan un piso inflacionario del 20% anual), preocupa la emisión de pesos que podría avivar el uso de estas ganancias contables por parte del sector público.

Y es que a diferencia de otros años, el récord de utilidades que consiguió la autoridad monetaria durante 2009 surgió como consecuencia de la apreciación de títulos públicos y de la devaluación del tipo de cambio y no del rendimiento de sus reservas. Es por eso que tendrían indefectiblemente un impacto monetario en caso de que el Gobierno utilice el dinero.

El punto de inflexión se da porque hasta el momento, el BCRA contaba con el Gobierno como aliado a la hora de absorber los pesos excedentes en la economía, a través del superávit primario, ahora en decadencia.

El problema es que el modelo oficial apunta a mantener un dólar alto. Este año, debido a la cosecha récord del sector agropecuario, hay una inundación de divisas que, sin la intervención del Central, provocaría un derrumbe en el valor del dólar. Para evitar el desplome, la mesa del BCRA intervine a diario en el mercado de cambios, comprando divisas y volcando pesos.

La autoridad monetaria ahora es la encargada absoluta de retirar los pesos que sobran, aumentando en forma drástica sus pasivos. Pero a su vez, también está sola a la hora de sostener el tipo de cambio: la fuga de capitales (entendida como la formación de activos extranjeros) ha disminuido con fuerza. Un dato que por lo general es negativo, terminaría siendo funcional al Gobierno.

El escenario, además, complica a la entidad que dirige Mercedes Marcó del Pont en el cumplimiento de las metas monetarias.

El Central tiene que cumplir con el Programa Monetario aprobado a fin de 2009, que establece, entre otros puntos, un aumento en la cantidad de dinero de un 19% como máximo durante este año. Lo cierto es que el límite ya se ha desviado y está levemente por encima de esa cifra. Pero las metas fueron fijadas con una estimación para el crecimiento económico cercana al 4%. La economía crece a un ritmo mayor (en el ámbito privado arrojan entre un 7% y 8% anual), y desde Olivos no piensan enfriarla, menos aún a pasos de un año electoral. (...)".


Florencia Donovan, en el diario La Nación, escribió sobre el freno que intenta Marcó del Pont:

"La presidenta del Banco Central (BCRA), Mercedes Marcó del Pont, impulsa una suba de los encajes bancarios, esto es, el dinero que reglamentariamente deben estacionar los bancos en el Central por cada depósito que toman del público. La medida, que sin embargo hasta ayer encontraba la resistencia de varios de los directores del banco, tiene por objeto retirar dinero del circuito financiero y, de esta forma, atacar el problema de la inflación. Como contrapartida, también produciría una suba en las tasas de interés.

Hoy, los bancos deben mantener en una cuenta en el BCRA el equivalente al 19% de los depósitos que tienen a la vista (cajas de ahorro y cuentas corrientes). La propuesta sería incrementar ese porcentaje (en hasta diez puntos) para alentar además a los bancos a que fomenten entre sus clientes la colocación del dinero a plazo fijo y no tanto en cajas de ahorro y cuentas corrientes.

Consultados al respecto, de hecho, voceros del BCRA admitieron que "es una idea que se está analizando". "Es una herramienta de regulación monetaria que tiene por objeto mejorar el perfil de fondeo de los bancos, posibilitando mejores condiciones para prestar a largo plazo", esgrimieron.

Sin embargo, para llevarla adelante, Marcó Del Pont debería antes superar las resistencias que tiene no sólo de los bancos -que verían reducida su rentabilidad, dado que tendrían menos dinero disponible para hacer negocios-, sino también dentro del propio directorio del banco.

Según confiaron diversas fuentes del BCRA, el miércoles a última hora Marcó del Pont citó a los directores de la entidad para tantear su propuesta de subir los encajes que hoy rigen para los depósitos a la vista. Su idea era presentar una moción en la reunión de directorio de ayer, para que se la facultara para subirlos en el momento que considerara oportuno.

Pero, inesperadamente, se habría encontrado un día después con la oposición de la mayoría de los directores que responden al kirchnerismo, por lo que habría decidido postergar la iniciativa y no plantearla en la reunión de esta semana. Por otro lado, los bancos también se habrían ocupado de hacerse oír, según reconoció un director del BCRA que pidió no ser identificado, en lo más alto del Gobierno.

"[Marcó] nos convocó a todos y nos dijo que iba a llevar el tema a directorio, pero creo que se apresuró un poco", opinó un director del BCRA, en estricta reserva.

Para el Central, subir los encajes tendría varios beneficios, más allá de morigerar el impacto inflacionario que tiene la oferta excedente de pesos que existe en el circuito financiero. "Es una medida restrictiva. Por un lado, puede servir como una simple amenaza a los bancos, para que presten más dinero. Por el otro, le permitiría al BCRA cumplir con el Programa Monetario, que hoy está muy ajustado", explica Hernán Hirsch, director ejecutivo de la consultora RSH Macroeconómica. (...)".