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Kirchner y Scioli casi no se hablan

Kirchner y Scioli casi no se hablan
26/07/2010 | Néstor le factura falta de apoyo a la Ley de Medios y matrimonio gay. Por qué el gobernador está enojado con los K.
 

A casi un año de las elecciones, la relación entre Néstor Kirchner y Daniel Scioli atraviesa un mal momento. Prácticamente no se hablan. Hay enojos y reproches mutuos. El ex presidente acumula bronca porque –asegura– el gobernador no se juega en las leyes claves para el oficialismo, como la de medios o el matrimonio homosexual. También le factura que tiene fuera de control a los peronistas no kirchneristas, que hace un mes barrieron con parte del personal de Alberto Balestrini en el Senado bonaerense y colocaron al ex cuñado de Felipe Solá a manejar la caja de la Legislatura ($1.000 millones al año).

El ingreso de José “Toco” González Fernández a la Dirección General de Administración llegó a oídos de Néstor, quien puso el grito en el cielo. Fue una maniobra con el sello de Federico Scarabino, vicepresidente primero a cargo del Senado, ante la ausencia de Balestrini, que sigue internado grave tras su accidente cerebro vascular. “No es que Scioli lo haya ordenado, pero lo permitió”, contaron fuentes de la Casa Rosada. El pingüino está atragantado con los que quieren hacer “sciolismo” sin Kirchner y que se entusiasman con que el mandatario provincial vaya por el sillón de Rivadavia en lugar de ir por la reelección.

Más se enoja cuando mira las encuestas. Cada vez que Néstor crece un punto, Daniel sube dos. Por eso, aunque en la Rosada no creen que saque los pies del plato, el patagónico salió a marcarle la cancha con gente de su riñón. Le ordenó al ministro de Economía, Amado Boudou, caminar la provincia. Lo mismo hizo con el de Interior, Florencio Randazzo, con su hermana Alicia Kirchner (ministra de Desarrollo Social), y con el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. “No es momento de hablar de candidaturas, pero sí podemos decir que vamos a salir a predicar el modelo en la Capital, en la Provincia y en el resto del país”, declaró uno de los principales operadores de Boudou, Juan Zabaleta.

Puertas adentro de la Gobernación, Scioli admite que no hubiera avanzado con proyectos tan delicados como la Ley de Medios y el matrimonio gay. Un ejemplo: para no quedar pegado a la ley de medios el año pasado cortó con los reportajes nacionales y reinstaló la idea de su candidatura provincial.

El gobernador enfureció cuando se enteró por los diarios que Kirchner iba a promover una comisión de acción política para conducir el PJ provincial, ante la ausencia de Balestrini. Sin embargo, hasta ahora, Scioli dio gestos de fidelidad y soportó, en silencio, las reprimendas de Olivos.


Marcó del Pont, más aislada


Mercedes Marcó del Pont tampoco tiene una buena relación con el matrimonio presidencial. Hace un mes, la titular del BCRA discutió fuerte con Cristina Fernández porque la jefa de Estado pretendía una reforma de la carta orgánica para que el Central pudiera otorgar créditos para competir con los privados. Pero eso no es todo. En la Casa Rosada consideran que tiene una política conservadora, similar a la de su antecesor, Martín Redrado. Y le reprochan relaciones políticas como la que tiene con Patricia Bullrich, de la Coalición Cívica. Por eso, Marcó del Pont está aislada y podría irse en septiembre, cuando vence su mandato. Hoy, cuando quieren saber algo del Central, Néstor y Cristina se comunican con el radical K Miguel Angel Pesce. Pesce iba a reemplazar a Redrado, pero Del Pont ganó la pulseada. “Cristina la puso por su gestión en el Banco Nación. Pero el vínculo se opacó”, confió una fuente de Olivos.