Alicia Kirchner desembarcó en la provincia de Buenos Aires con la premisa de capitalizar la ayuda social del Gobierno y transformarla en votos para que su hermano sea otra vez presidente en 2011. Para ello cuenta con un crédito vigente superior a los 13 mil millones de pesos, uno de los presupuestos más abultados del gabinete. El martes lanzó su propia corriente política (Colina) en el Teatro Coliseo y le pidió a la juventud peronista que la sigue incorporar militantes para predicar por la continuidad del “proyecto nacional y popular”.

El miércoles estará de nuevo en campaña, en Esteban Echeverría, distrito que conduce un hombre de su riñón, Fernando Gray. También estará Néstor.

“Hemos logrado la mayor cobertura social de los últimos años, con la incorporación de 2 millones de jubilados que habían trabajado en negro y con la asignación universal por hijo”, tiró Alicia. Recibió el aplauso de la multitud que había asistido a un lanzamiento virtual.

La asignación universal por hijo alcanza a 3,6 millones de chicos, la mayoría de ellos de la provincia de Buenos Aires. La inversión para las arcas del Estado es de 648 millones de pesos por mes. El Gobierno estima que alcanzarán, este año, a cubrir a 4 millones de chicos. Además de incorporar a la escolaridad a un montón de niños que estaban marginados, la Asignación les permite a muchas familias aliviar la pobreza y la indigencia.

El discurso que dio Alicia fue casi el de una candidata. “Nos entregaron un país quebrado, sin memoria y con impunidad. Hay que terminar con lo viejo para construir con lo nuevo”, especificó desde el atril. Su alocución fue verborrágica, a diferencia de la de Néstor, que por estrategia fue aplacada y poco confrontativa. Aunque los dos atacaron con virulencia a los que promueven el 82 por ciento móvil para los jubilados. “Nosotros tenemos autoridad moral para hablar, ellos les recortaron el 13 por ciento a los jubilados”, recordó Alicia.