El caso del comerciante chino que fue secuestrado el lunes en Rosario y por el que sus captores piden medio millón de dólares de rescate, sumado a un espiral de violencia que se viene dando desde hace algunas semanas, siempre vinculado a los supermercadistas chinos, puso sobre el tapete cómo opera la mafia china en Argentina y la imposibilidad por parte de la Policía de explorar un universo a priori infranqueable por su hermetismo y modus operandi.

¿Porqué se lo denomina 'mafia china' y cómo opera en la Argentina? Porque los comerciantes asentados en Buenos Aires y otras partes de América Latina desemabarcan en el país con dinero obtenido por grupos mafiosos en China, seducidos con la idea del sueño americano debido a las pocas expectativas económicas que hay en determinadas zonas de su país.

La garantía de que estos cumplan con su cuota mensual (entre US$2.500 y US$4.000) es la vida de los familiares que quedarán en China, que serivirá de reaseguro en caso de que quienes emigran se les ocurra escapar sin pagar. También quienes en algún momento se resisten a este pago son quienes luego alimentarían las páginas policiales de homicidios chinos en la Argentina.

Con este dinero 'prestado' por la mafia se tramita la documentación, se alquila el local y se compra la mercadería. Pero no hay un sólo grupo mafioso, sino varios.

Nueve de cada diez supermercados chinos tienen sus rejas o cortinas pintadas de color celeste o azul. Este detalle se ajusta a identificar con qué organización china local "contribuye" el dueño para poder trabajar.

Otros colores usados en los pocos comercios restantes son el verde, el amarillo y el rojo.

La elevada preponderancia del celeste se correspondería con la mafia proveniente de la provincia del Sur de China continental llamada Fu Jian, de donde se estima son originarios el 80 % de los inmigrantes chinos en el mundo.

La Policía Federal Argentina, tiene muchas dificultades para investigar dichos episodios de sangre. La mayoría de los cadáveres no son reclamados por familiares; orientales que súbitamente olvidan el idioma local y dicen no entender los interrogatorios policiales; dificultad de identificar las identidades de los occisos; etcétera. A este panorama ahora se suma una variente: la llamada mafia china ahora actúa con el apoyo de delincuentes locales. Algo muy particular, ya que en el mundo la mafia china es híper hermética.

¿Pero qué ocurre de nuevo en el panorama actual, que en los últimos días se registra un espiral de violencia?

Según el escritor e investigador español Alejandro Riera Catalá, quien además publicó un libro en España llamando 'La Mafia China', estaría desembarcando un nuevo grupo o 'tríada' -como el lo llama- a suelo argentino.

"Los últimos episodios tendrían que ver con un medición de fuerza entre los grupos instalados en el país desde hace años y el desembarco de este nuevo grupo", dijo esta mañana en diálogo con Ernestina País por radio Rock & Pop.

Dice Riera Catalá sobre su libro: "Cuando empecé a documentarme para escribir este libro, mantuve reuniones con varias personas de origen chino que un amigo, de un amigo, conocía. A una misma pregunta, los tres respondieron de idéntica forma. “La mafia china no existe”. El silencio, es una de las armas más importantes de esta organización criminal."

Les han bautizado con mil nombres, pero las sociedades que nacieron para «derrocar a los Qing y restaurar a los Ming», han degenerado hasta convertirse en un cáncer para una sociedad globalizada. Se han adaptado al medio para sacar el máximo partido de los negocios ilícitos que ya lucraban a ciertos movimientos secretos desde los albores de la historia de China.

«Las Tríadas, son como la gripe, mutan, son virulentas y le sacan partido a sus iguales en beneficio propio, son como parásitos... como sanguijuelas.»

Aunque los gobiernos se esfuerzan por descabezar estas redes criminales, estas organizaciones, como una enfermedad incurable, resurgen, mutan y se extienden por la geografía mundial con una aparente impunidad, parecen

ser indestructibles.

La solución para empezar a esclarecer los crímenes y terminar con estas redes es que las víctimas o sus familiares se animen a hablar, pero para eso se necesita un importante cambio de conducta en estos ciudadanos asiáticos.

Según Riera Catalá, "esto recién cambiará cuándo los hijos de los inmigrantes chinos comiencen a casarse con mujeres lcoales y se produzca un cambio en el paradigma cultural. Se corte con el hermetismo reinante y ellos vean que hay otro panorama posible".