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Alicia Kirchner lanzó su "COLINA"

Alicia Kirchner lanzó su "COLINA"
21/07/2010 | La Corriente de Liberación Nacional, como todo en el oficialismo, apoyará (y obedecerá) a Néstor K. Las posibles candidaturas de la ministra de Desarrollo Social.
 

Como si fuera el cierre de una campaña electoral, Néstor Kirchner llevó a casi todos sus gobernadores, al Gabinete y secretarios de su esposa Cristina Kirchner (con Daniel Scioli, los únicos ausentes) al Teatro Coliseo para aplaudir el lanzamiento de la nueva Corriente de Liberación Nacional (COLINA), liderada en los papeles por su hermana Alicia, la ministra de Desarrollo Social. La cita reunió no sólo a dirigentes peronistas, sino también a sindicalistas, Madres y Abuelas de Plaza de Mayo e incluso actores y otra celebridades oficialistas que no quisieron perderse la velada.

Ante unas 1.500 personas, la ministra de Desarrollo Social presentó a su "Corriente de Liberación e Integración Nacional" para posicionarse como posible candidata a vicegobernadora en la provincia de Buenos Aires o gobernadora en su distrito natal, Santa Cruz. Por eso, su hermano la agasajó con un acto con la primera plana K en la primera fila. A la izquierda, los ministros -salvo Julio de Vido, Amado Boudou y Carlos Tomada- y a la derecha, los mandatarios provinciales. Ella, durante su discurso, le devolvió gentilezas parafraseándolo todo el tiempo.

El canciller Héctor Timerman fue el 'militante' más encendido de la noche. Fue el primero en aplaudir y cantar siempre que los jóvenes del superpullman arengaban al matrimonio Kirchner. Sus ojos se iluminaron cuando el titular del PJ subió al escenario y no bien terminó de hablar, el canciller fue el primero en ponerse de pie para saludarlo. Luego fue, otra vez, el primero en irse.

El jefe de la cartera de Interior, Florencio Randazzo, se mostró como el más 'cartesiano' ante los discursos de Alicia y Néstor Kirchner. Sus dedos siempre de estrechaban a la sien. A su lado, la siempre sonriente Débora Giorgi cantó y aplaudió como pocos.

Del otro lado del pasillo central, una larga fila de gobernadores aplaudió el lanzamiento. Un bronceado Jorge Capitanich fue el único que dialogó con el ex Presidente, entre risa y risa. Su mujer, la explosiva diputada nacional Sandra Mendoza, no tuvo mejor idea que cruzar todo el escenario y pasar justo delante de los hermanos Kirchner cuando saludaban al público en el cierre final. El único que evitó ser fotografiado en esa hilera de ultrakirchneristas fue el mandatario de Salta, Juan Manuel Urtubey.

En segunda y tercera fila, de un lado, se sentaron Hebe de Bonafini, el modista Roberto Piazza (y su novio con el que ahora planea casarse, le confió a Perfil.com), el actor Gastón Pauls, y el piquetero y funcionario Emilio Pérsico. Más atrás, el ex jefe de gobierno porteño Jorge Telerman, ahora con una barba canosa.

Del otro lado, la segunda fila la encabezaron los titulares de los bloques K en el Senado y Diputados, Miguel Pichetto y Agustín Rossi. Los dos no evidenciaron tener una relación fluida por estos tiempos: no cruzaron palabra alguna, quizás para respetar el silencio legislativo hasta inicios de agosto. Junto a ellos se ubicaron el titular de la Anses, Diego Bossio, y el secretario Legal y Técnico de la Presidencia, Carlos Zannini y otros secretarios. Estela de Carlotto, a pocos metros, siguió con suma atención cada gesto y cada palabras de los oradores.

Los discursos, como cada cita kirchnerista, repitieron hasta el cansancio citas relacionadas con la "distribución de la riqueza", la "igualdad" y "justicia social", pero el grueso de la militancia K que los acompañó, de noche y en invierno, debió quedarse agitando las pancartas y los bombos en la calle.