El Mundo
Los municipios estadounidenses huelen a quiebra

Los municipios estadounidenses huelen a quiebra
15/07/2010 | Ciudades de los estados de California, Illinois y New York están al borde de la bancarrota. Esto podría iniciar una 2da. ola de problemas para la economía estadounidense.  

Todo empieza a oler a quiebra en Estados Unidos. También sus administraciones locales. Crece la inquietud entre los inversores a que se desate una suspensión de pagos en cadena en una amplia porción del territorio federal por el mismo mal que aqueja a la eurozona y que tan caro está costando a algunos de sus socios: el elevado gasto público.

Algunos expertos empiezan a imaginar un escenario ciertamente original que si se materializa podría aliviar la presión que el mundo anglosajón, y sobre todo su prensa, ejerce en economías con afinidades no menos subprime que la estadounidense o británica: que la situación se pudra en el segundo semestre y entonces ciudades de California, Michigan, Illinois o Nueva York acaparen la atención que merecen por dejar de pagar sus deudas desatando una corrida a la argentina.

Aunque aún está por ver si se produce este inverosímil pero no improbable cuadro, las primeras alarmas han sonado en los spreads de algunas emisiones de bonos en circulación con los que algunos ayuntamientos están financiando sus obras de infraestructuras.

Los expertos señalan que gracias a la relajada política monetaria de la Fed los costes financieros de las administraciones locales estadounidenses son históricamente bajos en términos relativos, pero la experiencia de la eurozona -- siempre la eurozona -- les está diciendo que hay que desconfiar de todo lo que huela a desequilibrio fiscal y eso significa que hay que ponerse corto en los muni bonds (bonos municipales) para evitar una posible ola contagiosa dentro de casa, tal como la sucedida a este lado del Atlántico.

Las mayores oscilaciones de las rentabilidades se están registrando en el mercado de bonos "Babs", llamados así por el acrónimo de "Build America bonds", o bonos para construir América, que mueve US$ 100.000 millones; son unos bonos emitidos por los ayuntamientos, con características similares a los de empresa. Este mercado ha atraído a muchos inversores que ahora están nerviosos y piden más rentabilidad.

El spread de esta deuda ha aumentado a 228 puntos básicos, 161 puntos más que a principios de mayo. Los expertos dicen que ha sido por efecto de la crisis en la eurozona, que ha hecho subir la renta fija americana de forma indiscriminada, ya sea deuda de bancos, de compañías de servicios públicos o soberana.

El déficit de las administraciones estatales de USA para el año fiscal 2011 (que comienza el 1º de julio para la mayoría) está cifrado en unos US$ 89.000 millones, tras un recorte de gastos por valor de US$ 300.000 millones desde 2008.

La hipótesis, nada descartable, es que algún ayuntamiento suspenda pagos y, en menor medida y dependiendo de la legislación estatal, que haya alguna quiebra, como ya sucedió a mediados de los años 90 con el famoso caso del californiano Condado de Orange que tuvo que buscarse la vida por sí mismo para refinanciar su deuda, sin ningún rescate estatal ni federal.

No obstante, dada la actual hipersensibilidad de los mercados a los problemas fiscales, es poco probable que se deje caer a un ayuntamiento relevante por insolvente. Las consecuencias podrían desatar una ola de histeria sobre los Treasuries encareciendo la financiación del Tesoro estadounidense y dando lugar a una peligrosa espiral de pérdida de confianza en la capacidad de la economía estadounidense para financiar el déficit, replicando lo que tan malos resultados ha tenido sobre los países periféricos de la eurozona.

Los nervios podrían desatarse a la vuelta de las vacaciones cuando se empiece a analizar la viabilidad financiera de algunas ciudades y se observe cómo reaccionan los diferenciales de la deuda local. Si el mercado ve confirmadas las sospechas, entonces la reacción será vendedora, las presiones sobre la situación financiera de los ayuntamientos se exacerbarán y el presupuesto federal podría encontrarse con un importante problema que resolver.