La dirigente justicialista se enfureció al enterarse de que su ex esposo organizó una cena en un hotel en donde, según Mendoza, “había que pagar 10.000 pesos para sentarse en su mesa y se cobraba mil solamente para entrar. Ese pago se lo impusieron a empresarios, periodistas y hasta a los funcionarios. Todo es de muy poca transparencia ¿Ahora entienden por qué me sacó? Yo no hubiese permitido esos delirios”, aseguró la diputada, quien protagonizó varios hechos notorios en su provincia. Ella había roto el vínculo político con su marido cuando salió en defensa de manifestantes que habían reprimido en Resistencia. Fue ahí cuando “Coki” la despidió como ministra de Salud provincial. Luego de ello, llegó el final del matrimonio.

“Lo que él hace no es justicialismo ni cristianismo, es delirio y ostentación mientras exista gente pobre e indigente. A mi me da vergüenza ajena como justicialista”, finalizó Mendoza. El matrimonio terminó, pero la pelea politica continúa.