De Vido No Se Lo Quiere Dar
Moyano pide un ministerio nuevo

Moyano pide un ministerio nuevo
26/06/2010 | El gremialista le llevó la propuesta en secreto a Cristina. El funcionario se enteró y se lo reprochó en fuertes términos. La ambición del camionero.
 

El control por una de las principales cajas del Gobierno kirchnerista está en disputa entre dos aliados clave para el matrimonio Kirchner. En los últimos días existió un cruce entre el jefe del sindicato de Camioneros, Hugo Moyano, y el ministro de Planificación e Infraestructura, Julio De Vido, luego de que el sindicalista le pidió a la Presidenta que cree un Ministerio de Transporte, que actualmente funciona como Secretaría y depende de la cartera de De Vido.

La salida de Ricardo Jaime alivió a Moyano –quien lo consideraba “el peor secretario de Tranporte de la historia”–, pero el gremialista cree que el área “no está funcionando” y que “no hay política de transporte”. En el entorno de Moyano aseguran que el jefe de la CGT le sugirió a Cristina Fernández de Kirchner que la Secretaría de Transporte deje de depender del influyente De Vido y se convirta en un ministerio aparte.

“De Vido le reprochó fuertemente a Hugo que le quiera sacar Transporte del área de Planificación”, agregó la fuente. La sugerencia del líder camionero habría sido realizada directamente a Cristina en una reunión a solas. “De Vido se enteró por otra persona”. No se lo dijeron ni Moyano ni la Presidenta, agregaron en Planificación.

Un sindicalista que habla tanto con De Vido como con Moyano dijo que “el Ministerio de Transporte es una ambición de siempre de Moyano y de todo el sector camionero. Si bien De Vido le da todos los gustos al sindicalista, ninguna decisión en materia de transporte deja de pasar primero por sus manos. De Vido decide todo, pero Moyano quiere más independencia. Si Transporte se convirtiera en un ministerio dependería directamente de Presidencia”.


La pelea por la caja. Mientras Juan Pablo Schiavi, actual secretario de Transporte, resiste la embestida de empresarios como Claudio Cirigliano (ver recuadro), en el entorno de Moyano aseguran que el sindicalista prefiere que, de no fundarse el requerido Ministerio de Transporte, el actual secretario siga en su cargo.

“El manejo de los subsidios no pasa por Schiavi, sino que pasa por De Vido y (Roberto) Baratta”(subsecretario de Coordinación del ministerio y mano derecha de De Vido), aseguran tanto en Camioneros como en Planificación. Así se refieren a los millonarios aportes del Estado a las empresas de transporte ferroviario y el control de los programas de financiamiento de transporte de cargas, como el Refop, que devuelve a las empresas las cargas patronales si sus trabajadores están afiliados a Camioneros.

“Si bien la secretaría está parada, Moyano lo considera a Schiavi el mal menor, aunque esté vaciado de poder. Schiavi atado de manos no es peor que quien suena como su reemplazo para después del Mundial” (de Fútbol). La fuente moyanista se refiere a Eduardo Sícaro, quien suena como posible reemplazante de Schiavi, un funcionario del riñón devidista, actual interventor de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) y ex ministro de Infraestructura durante el gobierno de Felipe Solá en la provincia de Buenos Aires.

En el entorno de Sícaro desmintieron que él vaya a ocupar un lugar en la secretaría: “Desde que asumió Schiavi, están diciendo que yo voy a ser el secretario de Transporte. Lo atribuyo a empresarios que están descontentos y que no reciben todo lo que quieren”, dicen que contó Sícaro entre sus colaboradores.


Schiavi resiste presiones de empresarios para evitar el camino de Jaime

“Estoy buscando a alguien para reemplazar a Schiavi”, tiró Claudio Cirigliano, titular de TBA y del Grupo Plaza. El testimonio pertenece a una persona que escuchó la frase de boca del empresario. Aunque no es presidente, ni ministro del Gobierno, parece tener el suficiente poder como para llevarse puesto al secretario de Transporte. El “Gordo”, como le dicen sus amigos, tiene llegada directa a Néstor Kirchner: ha hecho jugosos negocios durante su administración y también durante la de su esposa, Cristina. Voceros del Grupo Cirigliano negaron “terminantemente” que el empresario quiera desplazar a Schiavi.

“El negocio de Cirigliano es redondo: arriesga poco, las obras de las concesiones se las dan a él, y lo único que hace es cobrar subsidios y pedir redeterminación de precios. Ahora reclama $100 millones por los trenes de doble piso”, indicaron fuentes gubernamentales.

Los que conocen el negocio del transporte ven en Cirigliano al “nuevo empresariado” que surgió en los 90 para reemplazar al Estado al frente de los servicios públicos. El dueño del Grupo Plaza pasó de tener un par de colectivos a contar con la concesión de dos ferrocarriles y de varias líneas en Capital y provincia de Buenos Aires. Recibe subsidios por el transporte, pero también tiene a su cargo las obras que se hacen en las concesiones. Para que se entienda: por las líneas de micros que tiene, el Grupo cobra el subsidio al gasoil y no paga peaje en ninguna ruta. Por las concesiones, como el ferrocarril Sarmiento, además de la explotación gana con las obras que le pide el Gobierno. Con Jaime, la relación era fluida. El le pagaba los vuelos para que el secretario se fuera a viajes de placer. Tanto Jaime como Cirigliano quedaron procesados por dádivas. Si bien Schiavi sabía dónde desembarcaba cuando lo convocó Julio De Vido, el funcionario no abandona sus aspiraciones políticas y no tiene pensado “rifar su carrera política por dejar los dedos pegados como lo hizo Jaime”.

Por eso, evita firmar sin mirar los expedientes que le llegan para favorecer a los grupos empresarios. “Los mira detenidamente. No pone el gancho en cualquier lado”, dijeron las fuentes del Gobierno.