De la apertura participaron el gobernador Jorge Capitanich, el vicepresidente del INTA, Luis Basterra, y el investigador pakistaní Rafiq Chaudhry, del Comité Consultivo Internacional del Algodón, funcionarios de la Producción de las provincias de Corrientes y Santiago del Estero.

“A partir de ahora los investigadores son los protagonistas, y deberán develar las nuevas alternativas que se pueden generar a partir de lo que significa el conocimiento y la investigación”, destacó el vicepresidente del INTA, Luis Basterra. Agregó que “el rol que nos cabe a los que participamos es el de generar desarrollos tecnológicos que permitan que nuestros pequeños y medianos productores sigan siendo competitivos, lo que es clave para cada uno de los países de América Latina”.

En este sentido, Basterra indicó que “este cultivo es estratégico para la ocupación territorial, para la distribución de la riqueza y para la generación de cadenas de agregación de valor, y allí radica la enorme importancia que tiene para los gobiernos”. Por ello dijo que “el desafío es realmente importante porque vemos que hay condiciones para profundizar este cultivo y vemos que las tecnologías están posibilitando el trabajo en ese sentido”.

Al hacer uso de la palabra, el anfitrión Jorge Capitanich, remarcó que la historia del Chaco, esencialmente durante el Siglo XX, “estuvo íntimamente ligada a la historia del cultivo del algodón”, destacando que la provincia tiene una participación que oscila entre un 60 y 70% de la producción nacional, “lo que hace que las vicisitudes en rendimiento y precios internacionales hayan marcado tanto la algarabía y las frustraciones de los productores”.

El gobernador agradeció a los organizadores del encuentro por haber elegido al Chaco como sede ya que “este tipo de acontecimientos implican las perspectivas de garantizar un horizonte de producción, de rentabilidad y, por que no, de mejora en la estructura de ingresos de nuestros productores”.

El primer mandatario recordó que en el Chaco se alcanzó un registró de 700.000 hectáreas cultivadas de algodón entre 1997 y 1998, aunque luego se produjo una profunda caída hasta las 100.000. “Afortunadamente hoy tenemos 337.000 hectáreas de superficie sembradas y observamos una perspectiva de muy buen rendimiento tanto de algodón en bruto como en fibra gracias a un desarrollo tecnológico que mejora sustancialmente el rendimiento del cultivo”.