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Reutemann: ¿Cuánto cuesta una campaña presidencial 2011?

Reutemann: ¿Cuánto cuesta una campaña presidencial 2011?
22/06/2010 | Por Raúl Acosta. Reutemann está evaluando cómo afrontar gastos de campaña, según el periodista rosarino que firma la nota y que de política santafecina sabe más que casi todos, el célebre "Bigote" Acosta (quien agrega un interesante enfoque acerca de los celos de Hermes Binner por el intendente municipal Miguel Lifschitz, el socialista más auxiliado por los Kirchner).
 

ROSARIO (La Capital). Todos lo niegan, pero lo real es que se están buscando las fórmulas para 2011 en la provincia. Comparten relato con el armado nacional, pero tienen particularidades.

Entre lo ideal y lo posible, desde la visión periférica que puede ofertar una opinión periodística, así estarían las cosas.

Lo ideal en el FPCyS (Frente Progresista Cívico y Social), que es gobierno, es el acople de Miguel Lifschitz y Mario Barletta, intendentes de Rosario y Santa Fe. Es difícil que sea posible.

El grado de conocimiento y aceptación de Lifschitz (hay mini encuestas dando vueltas y una a cerrarse pasado el Mundial y aplacada la polvareda) se pasea por el sur profundo y llega hasta Barrancas por la Ruta 11 (o la autopista a Santa Fe) donde se vuelve cero.

El grado de aceptación de Barletta, en la misma ruta llega de la capital provincial a Santo Tomé, hacia el sur comienza a bailar el minué del “ene ene”. Crece hacia el norte, mucho terreno, pocos votos. Su pasado en la UNL (fue rector) y el apoyo irrestricto de LT10, Radio Universidad del Litoral, fue fundamental para su triunfo en 2007. Lo sería en 2011.

Lifschitz ganó cómodo. Barletta ganó gracias a una escisión del peronismo (Oscar ”Cachi” Martínez, peronista joven). No sería intendente sin ayuda.

El gobernador no menciona a Lifschitz. Desde ya que Binner desea que su mandato prosiga, se continúe, pero con alguien que lo represente visceralmente. No es difícil advertir que Antonio Bonfatti (ministro de Gobierno) lo representaría muy cabalmente. No resulta complicado indicar que Rubén Giustiniani (senador nacional) tiene un grado de conocimiento en la provincia que no ostenta ninguno de los nombrados.

Entre lo ideal y lo posible algo parece claro: el FPCyS tiene nombres para jugar, porque es necesario destacar que Mario Barletta, antes cobista, ahora proto alfonsinista, sostiene que puede ser gobernador. Sería muy malo para el sur. Peligroso para el FPCyS. Jubiloso para la ciudad de Santa Fe, que ha visto resentido su poder burocrático. El radicalismo, tan ciclotímico, está en período de alza. Costará mucha plata que lo conozcan en el sur, que lo voten es muy difícil.

El peronismo tiene problemas con lo ideal y lo que se consigue.

Lo ideal es Reutemann candidato a presidente. Debajo cualquiera. Se animarían Mercier, Germano, Spinozzi, Obeid, Perotti, gente que no vive habitualmente en la provincia (Rafael Bielsa, Octavio Bordón). Con Reutemann de candidato a presidente el peronismo daría un paseíto provincial, pero atención: si las elecciones son conjuntas. En elecciones separadas nada es seguro para el peronismo. O sí. Es seguro que Reutemann sería prescindente para las elecciones provinciales. Ya lo ha sido. La inercia sería importante en este caso.

Agustín Rossi, la espada kirchnerista más conspicua, tiene un frente interno con el “parejense” (Marconatto) y no bailaría con Reutemann. El señor K tiene 15% de intención. Pocos lo quieren, pocos lo votarían a él o a sus seguidores. La situación de un peronismo complicaría al otro.

El peronismo, en conclusión, está lejos de sus ideales. Lejos en las elecciones y en decisiones. Desde la Nación bajan a la provincia al menos dos peronismos. Creer en la conciliación es creer en los ángeles sexuados e invitarlos a una francachela.

Una frase de Reutemann, la que refiere a que no tiene dinero ni estructura para una campaña presidencial, es más un llamado a encontrar equipo (esos elementos) que una confesión de abandono. Se trata de cien millones de dólares para la elección nacional y un jefe de campaña que agrade a su íntimo círculo de confianza. No es fácil. La conversación con un importante CEO multimediático juran que no existió. Lo han jurado tres veces.

Bonus track: la condición íntima/única es que aguanten a pie firme todos su silencios hasta marzo de 2011, cuando de verdad sea necesario decir que si. La conclusión es obvia. Un si adelantado indica confrontaciones internas adelantadas. No tienen sentido, dicen los que si hablan con Reutemann. Un peronismo nacional que dependa de estas atendibles estrategias, de estas cuestiones personales hasta marzo, es el terreno ideal para el senador, pero también para NK y CFK.

Desde Olivos desgastan a los demás, a quienes la pareja pelea de a uno. De allí la urgente foto peronista que provocó Alfonsin y molestó en Olivos. Se ha dicho. Hay que laburar en política, muchos peronistas federales (qué exceso de título, qué exceso) ya tuvieron sus quince minutos de fama y haraganean.

De Narváez es la llave en provincia de Buenos Aires. Reutemann la llave nacional. Hay un armador del medio campo que no tiene gol: Duhalde. El resto es comparsa. Cómo encontrar lo ideal en el peronismo anti K es fácil, hacerlo posible es otra cosa.

La ciudad de Rosario tiene un candidato sacrificado (el 10% de ganas). Miguel Lifschitz. Hay recambios. Una figura nacional, una provincial, un hombre del gabinete y/o del Concejo; existen variantes tácticas. Hay equipo.

Lifschitz candidato sería un sacrificio conjunto: Barletta debería quedarse, jugar sus dos riñones y retener Santa Fe. Dejaría la moneda en el aire para Giustiniani/Bonfatti en la provincia. El radicalismo tendría un papel protagónico en ministerios y diputaciones nacionales. Atenti, es un ideal. Los radicales mascan kriptonita.

En la ciudad de Rosario el peronismo exhibe parientes levantiscos pero no genes auténticos. Cavallero quiere. La arquitecta Bielsa tiene paredones pintados indicando su candidatura. No son peronistas y no lo serán. Diego Giuliano es peronista. Hay otros.

Si el candidato socialista no aparece en las fotos con todos los miembros de la cofradía no la tendrá fácil el oficialismo, que además tiene una pesadilla: que los radicales le pidan bancar al concejal y ejecutor fiscal Jorge Boasso como candidato a intendente. Las internas abiertas en Rosario no son el ideal socialista. No son el ideal para nadie.

Pino Solanas vendrá varias veces y la profesora Alcira Argumedo otro tanto (es rosarina y canaya). Vendrán Pinedo y Macri a pasear; va a estar buena Rosario. Si se calma el horizonte aparecerá la valkiria: Elisa Carrió. Los socialistas no necesitan venir, son de acá.

Los peronistas de Rosario, como Alejandra Vucasovich (reutemista) Luis Rubeo (kirchnerista) y Marcelo Gastaldi (obeidista) esperan llamados que son escasos, no llegan nunca o son inútiles, respectivamente.

El socialismo tiene en Rosario, la ciudad a la que niega su conversión en región por miedo, puro miedo de repartir su torta, una ventaja: la localía. Al tener sólo delegaciones el peronismo no juega de local. Ese desafío, erigirse en el líder local, es el río que debe cruzar Giuliano. No se llega a jefe siendo solamente buen candidato. El radicalismo lo ha comprendido.

El mundial de Maradona distrae. Las fraguas no se apagaron, el frío las incentiva. El final, cantado, lo proporciona Silvio Rodríguez: ” He preferido hablar de lo imposible, de lo posible se sabe demasiado”.