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Estado de euforia

Estado de euforia
12/06/2010 | Pasó de la depresión a la fiesta. El síndrome Bi. Planea un mega acto el 9 de Julio. Y sueña con Maradona en el balcón de la Rosada.
 

Sus custodios y asistentes la ven más linda: se cortó el pelo y no tiene que acomodarse el flequillo a cada rato para que no le caiga sobre el rostro. Ya no se pone a la defensiva, luce menos contracturada. Es su mejor momento desde que asumió.

Ya no se levanta a las 10 sino a las 7 de la mañana. Se despierta con tan buen ánimo que hace tiempo que no se pelea con alguno de sus colaboradores: en la Quinta presidencial aún recuerdan la cachetada que le estampó a Maquena, la ex niñera de Florencia.

Ahora aprovecha el tiempo: se pone a leer informes y revisa los diarios a primera hora. Respeta celosamente sus clases de gym y cuando viaja o participa de algún acto, compensa los faltazos.

Aunque a veces se retire de la Rosada después de las 10 de la noche y llegue a Olivos cuando su marido ya está compartiendo un whisky con Carlos Zannini que durará hasta bien entrada la madrugada.

Ella prefiere sostener su agenda y disciplinarse con las comidas y bebidas. Alguien le comenta que el blog “Convicción más ideas” –un burdo panegírico que postula su reelección– publica una encuesta sobre el candidato oficialista presidencial para el 2011.

Ella obtiene el 47% de los votos; su marido, el 44%. Vive en su burbuja. Antes desdeñaba los sondeos de opinión; hoy les presta atención hasta a los más truchos. A veces delira (o no tanto): se ve en la foto junto a Diego Maradona en el balcón de la Casa de Gobierno ante una multitud que copa la Plaza de Mayo.