No todas lo logran. Pese a que la dinámica en el piso suele ser muy abierta y casual, Marcelo Tinellies muy cuidadoso de su privacidad e instaló, según el relato de Belén Francese, un complejo sistema de seguridad.

Pero lo que parecía una tecnología inviolable, resultó ser una traba para curiosos. “Un día, por curiosidad, quise subir pero no pude porque hay que poner una clave para entrar. Me quedé a mitad de camino, medio trabada en el ascensor y me asusté”, recuerda la poeta.

Para tristeza de Francese, parece que otras corrieron con mejor suerte y lograron atravesar los cuidados muros que velan por la privacidad del conductor. “ Vi bajar a muchas chicas, ¡pero a mí todavía nunca me invitaron! Es lógico que eso suceda: Tinelli es un hombre soltero, súper exitoso y galán, el número uno indiscutible. Es entendible y normal que varias chicas quieran sacar beneficio y por eso lo visiten en la intimidad”, piensa Belén.

Lejos de quedarse con la duda, la escritora fue por más y aclaró cómo imagina la misteriosa oficina. Cualquier similitud con la famosa oficina de Hugo Hefner, es mera especulación del lector. “Tengo unas imaginación enorme y supongo que debe ser una sala súper glamorosa, con bolas de espejo, luces de colores y muchas camas ”, se sincera.