Ayer, el hidrómetro en puerto local marcaba 5,20 metros, unos 70 centímetros por encima del registro normal para esta parte del año, y a un metro y medio de alcanzar el nivel de alerta. El 10 de este mes, el Paraná llegó a la medición más baja en lo que va del año: 4,66 metros. Desde ese día retomó un lento curso creciente que de todas formas no alcanzó aún a cubrir las zonas costeras en capital.

Así, las 70 familias damnificadas por el avance de las aguas desde finales del año pasado, empezaron a regresar a sus hogares, muy a pesar del consejo de los funcionarios municipales que sostienen que aún se pueden registrar niveles más altos. Las aguas bajaron, pero el final de El Niño en esta parte del país permanece abierto.

“De acuerdo con los últimos análisis y evaluaciones del comportamiento meteorológico, si bien persisten las condiciones de inestabilidad para esta parte de la Argentina y la Cuenca del Plata, han disminuido en algunos sectores las probabilidades de eventos lluviosos importantes”, dijo el especialista en la materia, profesor Antolín Ernesto Moral, jefe del Departamento de Meteorología del Resistencia, Chaco.

Aclaró luego que “de todas maneras siempre está latente la probabilidad de ocurrencia de lluvias y tormentas intensas en lugares muy puntuales, con incidencia en las nacientes del Paraguay, cuenca del Iguazú y algunos afluentes importantes del Paraná como ser el Paranapanema”.

Las proyecciones que se manejan a corto plazo no pintan un panorama desalentador, pero sí de precaución. Es que según Antolín Moral, si bien las previsiones de precipitaciones en sectores de la Cuenca del Plata se mantienen altamente probables, “las mismas en principio no generarían situaciones complicadas aguas abajo, a pesar de que en algunos puertos de la región se mantienen con sus cotas próximas a los niveles de alerta”.

Diferenció y destacó en este sentido que de todas maneras los valores aún están por sobre la media del mes. “De acuerdo con los pronósticos del Instituto Nacional del Agua es preferible mantener el alerta en las zonas ribereñas”.

Con respecto a la situación de el fenómeno El Niño, los últimos informes elaborados en los Estados Unidos, “indican una persistencia hasta mayo con una probabilidad de entre el 82 y 93 por ciento, disminuyendo gradualmente las anomalías térmicas de la superficie del mar y a partir de junio la tendencia es a mantenerse en estado neutro hasta aproximadamente el mes de enero del 2011. Sin embargo, se recuerda que los efectos de este fenómeno pueden extenderse en el tiempo”, dijo Moral a La República.