Policiales
El milagro del gol elaborado

05/03/2010 | Facundo Affranchino anda por los 20 años y recién está haciendo sus primeros palotes en la Primera de River. Ese chico, obviamente inexperto y casi desconocido para la multitud, anoche le puso la firma a una rareza del River raquítico de estas épocas: un gol elaborado. Un gol, al mismo tiempo, ajeno a ese clásico devaluado y por momentos insoportablemente mal jugado. La subida de Ferrari, la asistencia de Canales y la certera definición de Affranchino decoraron la maniobra colectiva más lúcida del jueves. A esa altura, semejante gol, construido con criterio y terminado con precisión, parecía imposible en un equipo como River que no acertaba dos pases seguidos ni por casualidad. Se asemejó a un milagro, sin vueltas. Como sería un milagro, de acuerdo al presente mediocre, ver jugar bien a este River que está envuelto en sombras de todo tipo.

Como cualquier hijo de vecino, River puede ganar (poquito), empatar o perder, diría Perogrullo. Ahora, ¿cómo hace para jugar bien? ¿Cómo hace si a la mayoría de sus jugadores le quema la pelota? ¿Cómo hace si forma un mediocampo con Ahumada y con Almeyda de doble cinco, y con el Abelairas errático de hoy? ¿Quién se la da redonda a Gallardo, como siempre acotado por sus privaciones físicas? ¿Quién le hace entender a Villalva que no puede gambetear a medio mundo? ¿Quién es capaz de cambiar el ritmo, de acelerar cuando es necesario y de apaciguar cuando las circunstancias lo requieren? ¿Quién pone a un delantero frente al arquero rival? Cuando entra Díaz --uno de buen pie--, sale Gallardo. A empezar de vuelta, entonces. No hay sociedades y el fútbol, se sabe desde el fondo de la historia, es un juego de sociedades.

Astrada no es Mandrake: hace lo que puede. Prueba, analiza, cambia nombres y esquemas. No encuentra el equipo, está a la vista. Se equivoca, más de una vez elige mal, es cierto, pero también lo es que cuenta con escaso material de jerarquía. Los refuerzos no cambiaron radicalmente el viejo escenario. River es lo que es: un limitado equipo de mitad de tabla. Al menos, ayer se dio un gusto: gritó un gol pensado. En días tan agrios, cualquier dulce tiene el mejor de los sabores.